La esperanza ahora mismo está en Copenhague, como dice la campaña Hopenhagen., pero los socios de esta campaña son grandes multinacionales.
¿Tiene que llegarnos este mensaje a través de estas voces? Copenhague nos está sirviendo además de para ver la falta de previsión de la ONU para esta cumbre en términos de asistencia y la violencia con la que se acallan algunas voces "preventivamente", en términos de comunicación ambiental, es un escaparate de la publicidad verde, que nos puede dar pistas de los nuevos términos que enmarcan esta nueva etapa en la comunicación publicitaria ambiental post-Copenhague. Y sin lugar a dudas, la palabra-fuerza es esperanza.
Esta cumbre a nivel comunicativo plantea un escenario interesante: el seguimiento constante de la cumbre y la retransmisión diaria de los mensajes a través de numerosas voces multiplicadoras de lo que allí sucede, voces en muchos casos ciudadanas.
La multiplicidad también de campañas y formas de preparar y vivir esta cumbre ofrece también un catálogo en el sentido del modelo CEPA: paseos ciclistas por el clima, votar por el Planeta, hacerte activista por el clima siguiendo las acciones de Vicenç y Estrella y ciberactuando, participando en la delegación para ir al foro alternativo de Copenhague, o pasando la noche en vela por el clima.
La cuenta atrás comenzó hace tiempo...
y necesitamos un acuerdo justo, ambicioso y vinculante.
Vamos a esperar a ver qué pasa mañana... y cómo construimos diferentes mensajes a partir de Copenhague. Éste es el reto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario